MIS NIÑOS

domingo, 20 de marzo de 2011

MOTIVACIÓN

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EL SENTIDO DE PERTENENCIA EN EL NIÑO


El sentido de pertenencia es el sentimiento que tiene el niño de ser aceptado por los demás, de ser considerado importante y parte de un grupo. Este sentido de pertenencia empieza a desarrollarse en los primeros años en el seno de la familia. Los padres y demás hermanos ayudarán al niño a sentirse aceptado y querido y ése será el primer grupo del que el niño se sentirá parte. Si en esta etapa el sentido de pertenencia del niño se desarrolla adecuadamente, podrá socializarse con mucha más facilidad y sentirse más integrado en los diferentes grupos de los que tendrá que ir formando parte durante el resto de su vida (colegio, amigos, trabajo…etc.)


Por ello el papel de los padres en este aspecto es primordial. Deben crear un ambiente familiar en el que el niño participe, donde aprenda a compartir y a tomar responsabilidades compartidas entre todos. Eso hará que el niño vea la familia como un grupo del que es parte importante y que aprenda a compartir las cosas buenas y malas, a aceptar y seguir las reglas. Todo esto le ayudará a encajar en cualquier grupo del que deba formar parte.
Un niño con buen sentido de pertenencia es colaborador y amistoso, se muestra sensible y comprensivo hacia los demás, sabe cooperar y compartir y es aceptado y valorado por los demás.
Por el contrario, un niño con escaso sentido de pertenencia se aísla de los demás, tiene dificultad para hacer amistades y se deja influir por los otros. Suelen ser niños competitivos en lugar de colaboradores y tienden a criticar tanto a sí mismos como a los demás.



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EDUCANDO A UN NIÑO

Recuerda que un niño es un regalo de Dios. La más rica de las bendiciones. No trates de amoldarlo a imagen tuya o de tu padre, de tu hermano o tu vecino. Cada niño es individual y tiene que permitírsele ser el mismo.

  • No aplastes el espíritu de tu hijo cuando el falla. Y nunca lo compares con otros que lo hayan sobrepasado.
  • Recuerde que el enojo y la hostilidad son emociones naturales. Ayuda a tu hijo a encontrar una salida social aceptable para estos sentimientos normales o estos volverán hacia dentro y explotarán en forma de enfermedad física o mental.
  • Disciplina a tu hijo de una manera justa y razonable. No dejes que TU enojo te saque de quicio. Si el sabe que tú eres justo, no perderás su respeto y amor. Porque aún el niño mas joven tiene un sentido muy agudo de justicia.
  •   Recuerda que cada niño necesita DOS padres presentes en un frente unido. Nunca te alies con tu hijo en contra de tu esposo. Esto crea en tu hijo (como también en ti) conflictos emocionales y sentimientos de culpabilidad, confusión, e inseguridad.
  • · No le des a tu hijo todo lo que su pequeño corazón pide. Permítele conocer la emoción de ganárselo y la alegría de conseguirlo. Concédele la más grande de todas las satisfacciones, el placer que viene con e logro personal.
  • No te pongas como lo máximo de la perfección. Es un rol muy difícil de jugar 24 horas al día. Tú te darás cuenta que es más fácil la comunicación con tu hijo si le dejas saber, que mamá y papá también pueden cometer errores.
  • No le amenaces cuando estés enojado o le hagas promesas imposibles cuando estés generoso. Hazle advertencias o promesas sólo cuando tú las puedes cumplir. Para un niño, la palabra del padre significa todo. El niño que ha perdido la fe en los padres tiene dificultad de volver a creer en ninguna cosa.